jueves, 17 de marzo de 2011

217.- LLorar también "por fuera"

La cultura japonesa sabe controlar el dolor, al menos no exteriorizarlo, como una disciplina ancestral para no “ofender” con su “energía negativa” a quienes los rodean, es por eso, según explicó al diario español El Mundo el sicólogo Miguel A. Cristóbal Carle, que no son usuales las imágenes de japoneses con lágrimas, con rostros de sufrimiento o de muertos en la nación devastada por el terremoto y tusnami del pasado viernes que han desatado una crisis nuclear en la central de Fukushima.

El experto en formación cross-cultural con más de 20 años de experiencia y también socio fundador de Healthy Work precisó que a la cultura occidental le es difícil entender cómo el pueblo nipón se mantiene de pie y en calma ante una inminente hecatombe nuclear sin muestras aparentes de dolor por las pérdidas físicas y materiales.

"Los japoneses contienen solo sus emociones negativas por una razón: el respeto, no ofender a quienes les rodean. Nuestras emociones, nuestro dolor puede importunar o aumentar el dolor del otro y la cultura japonesa se basa en el respeto al prójimo y en el buen funcionamiento del grupo.

"En la mitología japonesa, todos los comportamientos que resultan en relaciones positivas con los demás son premiados, mientras que las acciones individualistas o antisociales son condenadas. Exteriorizar el sufrimiento implica cargar de energía negativa a quienes nos quieren o simplemente nos rodean. Por eso no vemos imágenes de muertos ni de sufrimiento. Por eso, desde nuestra cultura latina observamos asombrados lo que no entendemos, la contención a la hora de expresar sentimientos negativos como la tristeza y el dolor", explicó el especialista al periódico El Mundo.

Agregó que para los japoneses el sufrimiento se lleva por dentro y habita dentro de cada uno igual que moraría en cualquiera persona de otra cultura o país occidental.

"Prueba de ese sufrimiento son las únicas imágenes de dolor que hemos visto, las de niños, incluyendo una niña que sí que lloraba cuando observaba desde un puente como una inmensa ola arrasaba su pueblo. Hablando con un amigo japonés me comentaba que las nuevas generaciones sí que están aprendiendo a llorar también por fuera. ¿Fruto de la globalización?", concluyó el psicólogo.

texto e imagen : Diario crítico de Méjico

10 comentarios:

Anónimo dijo...

A los medios les encantan estas desgracias...

Amparo dijo...

Hoy hacíamos un ejercicio que consistía en describir a los demás sólo con términos positivos.
Ha costado, pero al final prácticamente todo el mundo ha sido capaz de hacerlo (alumnos de 11 años).
La expresión de los sentimientos positivos, que lleva a los demás la parte agradable y animosa de nosotros es una buena costumbre. Hay personas que llenan de "mal rollo" la conversación diaria, todo negrura, que no aportan nada a la hora de resolver problemas.
Quizá a los de acá nos parezca un poco represivo, pero creo que esa contención tiene mucho sentido.

MIRIAM dijo...

Es cierto que los japoneses rara vez exteriorizan sus emociones,es evidente cuando vemos las imágenes en televisión tras el desastre,si es parte de su cultura ocultar el dolor para no dañar a los demas me parece admirable.Puede que se prepararan para los movimientos sismicos, pero psicologicamente no existe preparación alguna para ver una ola que arrasa todo a su paso,y sus posteriores consecuencias, pérdida de familiares, un pais debastado por un fenómeno que no avisa, no perdona y a todo esto yo pienso:La naturaleza es como un arma destructiva,¿influirá el hombre en su curso normal? o simplemente es una ley "LA LEY DE LA NATURALEZA"

virgi dijo...

Los veo y me entra aún más sentimiento, como si quisiera llorar por ellos. Un pueblo increíble, llevan sus valores tatuados en el alma.
Un abrazo, querida Merce.

Beauséant dijo...

A mi la cultura japonesa, desde la distancia y mi incultura, siempre me ha parecido una cultura antinatural. Demasiado empeñada en controlar las cosas, en no exteriorizar los sentimientos.. no sé, no creo que eso sea natural. Hay determinados momentos y situaciones que piden gritos, lágrimas.. no sé, un poco de humanidad.

leo dijo...

Lo malo es que aunque no exteriorices las emociones negativas estas siguen existiendo. ¿Sufrirán menos por ti los demás, los seres queridos, al verte sufrir en silencio?
Una desgracia como esta, desde luego, pone aprueba tantas tantas cosas...
Un abrazo.

Caminante dijo...

Hoy publiqué tu texto...

*marzo 21, 2011. La escafandra del optimista... (+ Filoabpuerto)

Publicado por Filoabpuerto en sábado 22 de enero de 2011 filoabpuerto.blogspot.com/ (...)

... en cuanto al tema exteriorización de sentimientos negativos... No sé la mella que en ellos hará el tragarse los malos "rollos" puesto que "culturalmente" les aleccionan para ello.
Para nosotros, para mí, prefiero no demorar los sentimientos, como tampoco el resto de los asuntos, porque a la larga, y no tan larga, eso nos pasa una mala factura.
Un abrazo: PAQUITA -también a la compañía-

Yake 2º Bach C dijo...

Nunca he podido entender como los japoneses pueden ocultar sus emociones y mostrarse frios ante semejantes desgracias,y no lo entiendo, desde el punto de que muchos de nosotros,incluso me atrevo a decir que prácticamente toda la población humana,excepto unos pocos,no expresen ese dolor que todo lo malo nos causa porque si,es cierto ,que en alguna ocasión todos lo hemos hecho para no herir al prójimo,pero también es cierto,que NOS SENTIMOS TERRIBLEMENTE MAL AL CONTENER ESO QUE LLEVAMOS POR DENTRO Y NOS LIBERAMOS A LA HORA DE PODER CONTARLO. El ser humano es un ser social que posee valores que los animales ni las plantas tienen, y es por ello que sentimos y nos expresamos mediante el lenguaje,es algo innato que poseemos desde que nacemos y de lo que debemos tener control,DEBEMOS SENTIR Y EXPRESAR LO QUE SENTIMOS,PARA PODER SENTIRNOS ARROPADOS POR OTROS Y PODER OIR DIFERENTES OPINIONES CON RESPECTO A LAS COSAS.Quizás para ellos es un acto egoísta por nuestra parte. Es cierto,que es admirable el hecho de que no quieran lastimar a los demás,y mucho menos,a sus seres queridos con sus problemas y desgracias,puesto que ello demuestra que no son egoístas y que solo piensan en sí mismos,sino que piensan en el dolor y sufrimiento ajeno,y por ello no quieren que se vean involucrados todas aquellas personas a las que aman,pero es una dura tarea el contener aquello con lo que cargamos a solas y con lo que muchos ya no podrán compartir con sus familiares. En mi opinión,es triste ver como esas personas sufren por lo que les está pasando,porque inevitablemente ver esas sobreacogedoras imágenes que te ponen el vello de gallina y por las cuales no puedes evitar sentir un profundo dolor y sentimiento de pena,son las que nos muestran la verdad de lo que ocurre en el mundo,y ver a esos niños que aún están aprendiendo a vivir y que realmente se sienten asustados y tristes,demostrando la realidad de lo sucedido,ellos son quienes nos hacen reaccionar ante las imágenes, mostrándonos en sus pequeños rostros el sufrimiento que reflejan sus miradas.
Con respecto a ocultar o no los sentimientos,yo opino que sería muchísimo mejor no hacerlo,porque todos necesitamos de todos,el ser humano necesita de apoyo psicológico para superarse y poder seguir adelantemporque la mente humana no siempre trabaja sobre valores positivos de la vida sino que,en muchas ocasiones no hundimos y nos creemos viles,y es por lo que, como seres sociales que somos debemos vivir en sociedad y comunicarnos con los demás,y que mejor forma de ello que,abriendo nuestros corazones y compartiendo nuestros sentimientos tanto buenos,como malos porque siempre que pases por un mal momento,quien conozca tu situación,si realmente te aprecia,se encargará de ayudarte a levantar siempre que te sea necesario.
Desde aquí,quiero ofrecer todo mi apoyo y mis fuerzas a las víctimas del terremoto y tsunami de Japón.

Ana Pacheco 2º Bach D dijo...

La verdad que viendo las imagenes que nos muestran las noticias en Japón,la verdad que no entiendo como este país reacciona,pues el otro dia viendo las noticias de este desastre de la naturaleza,le comente a mi padre que sangre fria tiene esta gente,que tranquilidad,ven como sus pertenencias,sus familiares,sus recuerdos,se esfuman, y ellos se muestran como si nada haya pasado,y ahora con el problema nuclear se ven tranquilos,esta bien la tristeza la llevaran por detron,pero lo que no entiendo la tranquilidad hay,si aqui nos hubiera pasado este desastre nosotros nos matariamos unos a otro para poder salvarnos,pero alli no, allí hay tranquilidad y esperanzas,o mas bien resignacion.
Por un lado creo que esta bien el pensamiento de esa cultura el no mostrar su propio dolor a prójimo,para no agustiarlo o amargalo con sus desgracias, o con sus problemas,pero sinceramente se que YO NO PODRÍA DISIMULAR O OCULTAR MIS SENTIMIENTOS.

María Pérez Rodriguez dijo...

El desastre ocurrido en Japón será recordado durante muchísimo tiempo, es impresionante que una ola pueda dejar tal huella en esta Sociedad Japonesa, que ha pesar de que estos sean como guerreros Samuráis y no expresen sus sentimientos, el dolor lo llevan en el alma y por lo tanto es más doloroso guardarlo para uno mismo, pienso que es mejor desahogarse y apoyarse en los seres queridos.
Los japoneses no lloran principalmente por su antigua religión, una religión nativa y única anteriormente, que se basaba en la tradición, el amor a la naturaleza y la purificación. Viven en una Sociedad vertical en la que siempre hay superioridad de unos miembros respecto a otros.
Ellos desde pequeños aprenden a sobreponerse a las adversidades, son serviciales, afables, educados y muy respetuosos, consideran el decir no, como una falta de mala educación, nunca dicen no, aunque no estén de acuerdo, intentan dar otros puntos de vista a tener en cuenta sin menospreciar la opinión del otro.
La Naturaleza es el principio de la vida y quizás pueda se también el fin, ya que con estos sucesos tan horribles pareciera que la ley de la naturaleza nos este dando un aviso, puesto que hoy en día estamos destruyéndola con la contaminación y muchas consecuencias más, poco a poco estamos acabando con nuestro Mundo.
En conclusión, es una gente con cultura muy antigua y diferente, pero aún así también sienten dolor, aunque en silencio evitan transmitir energía negativa a los demás, para ellos lo importante es el grupo, y cada uno antepone los intereses colectivos a los propios, así si gana el grupo, uno también.