domingo, 10 de diciembre de 2006

13- Sobre la felicidad

Estos días estamos conociendo el pensamiento del gran filósofo griego Aristóteles.
En las clases nos centraremos fundamentalmente en su Metafísica, su Teoría Ética y en su Política .
Ya hemos comenzado a aproximarnos a la concepción que de la felicidad tiene nuestro pensador,el bien por excelencia, como él lo denomina. Dijimos que realizaríamos comentarios acerca de la felicidad, en qué puede consistir, cuál puede ser su naturaleza o esencia, si puede ser o no alcanzable, si puede ser un estado perdurable ...
Más adelante, volveremos a nuestros comentarios, veremos si estos se han enriquecido, ampliado, tras la lectura de diferentes fragmentos de la "Ética a Nicómaco".
¡ Animémomos, pues, a hacer nuestras disertaciones !

26 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno pues como bien dice el artículo, todavía no hemos comenzado esa parte del tema, pero de lo que recuerdo del año pasado Aristóteles decía que solo podremos alcanzar la verdadera felicidad, haciendo aquello para lo cuál hemos nacido; por ejemplo un martillo cuya función es martillar no será feliz si no hace esto, así mismo el ser humano cuya esencia es la razón y ha nacido para pensar, que es, lo que nos distingue de los animales, no será feliz sino se dedica a ello. Yo por mi parte estoy de acuerdo con Aristóteles; pero pienso profundizar más mi opinión cuando hayamos dado esta parte del tema, para escribir entonces unas ideas más claras.

Anónimo dijo...

Yo creo que la felicidad es disfrutar de los pequeños momentos, de detalles vividos en el día a día.
La felicidad no depende de lo que tengamos, ni de las cosas que poseemos. No por tener más se es más feliz.
Yo pienso al igual que Sócrates, que la verdadera felicidad consiste en saber que se está haciendo lo correcto, en hacer el bien

Anónimo dijo...

Parece que nos cuesta un poquillo hacer comentarios, ¿no?
Yo pienso que la felicidad en sí misma no existe, y que consiste en
" un determinado estado de ánimo " en el que cada uno tiene mucho protagonismo. Hay cosas ajenas a nosotros y no dependen mucho de nosotros pero, el procurarnos felicidad, pienso que está gran parte en nuestras manos. Podemos ser felices si conseguimos nuestros objetivos, si nos rodeamos de verdaderos amigos, si nos superamos a nosotros mismos, si evolucionamos como personas... y todo ello está en nuestras manos, ¿no creéis?

Anónimo dijo...

La felicidad no es algo relativo, sino absoluto porque en un primer momento podemos estar felices con lo que nos sucede y media hora después se va esa felicidad. Por eso creo que para conseguir la felicidad hay que trabajarla actuando correctamente, es decir, como te indiqué la moral y a su vez el corazón.

Anónimo dijo...

La felicidad para mi es sentirse bien con uno mismo, con las cosas que haces, con las cosas que tienes y las personas que tienes a tu lado. La felicidad es todo lo que te hace sentir bien...

Anónimo dijo...

La gran búsqueda del ser humano, a través de Siglos y Siglos, ha sido EL CAMINO A LA FELICIDAD, es un camino,un sendero personal,una orientación hacia el interior del ser. Que cada cual debe de andar, con su propio paso, intuición,propòsito. Cada uno dentro de su propio viaje en la existencia, tiene su propio mapa de ruta, como los exploradores, porque la FELICIDAD NO ES UN ABSOLUTO, ES UNA FORMA DE SENTIR, DE PLANEAR SOBRE ESTA EXISTENCIA, EN ESTE LUGAR Y EN ESTE MOMENTO. EL SER FELIZ ES ALGO ÍNTIMO, ALGO QUE TAL VEZ SE CONSIGA CON´SÓLO PROPONERSELO, pese a los avatares, las corrientes que nos puedan arrastrar, por encima de todo podemos PROPONERSELO A NUESTRA VIDA , QUE YA TENERLA ES MUY IMPORTANTE.

Anónimo dijo...

La razón por la que existimos en el mundo nos es desconocida, pero no pasa lo mismo con la felicidad, la cual se nos presenta de tantas formas diferentes que no siempre somos capaces de percibir su presencia para poderla apreciar.
Fecha: 11/12/2006 02:12.

Anónimo dijo...

Gracias a todos los que participais en este blog y permitidme que se lo agradezca en especial a los que nos visitan desde otro lugar que no es el aula; en este caso Gabriela y Fran Manzano. Esperamos continuar con vuestra agradable presencia

Anónimo dijo...

creo que la felicidad varia según la etapa de nuestra vida, hay veces que te apetece y te sientes feliz con cosas momentáneas, pero otras veces necesitas alzarte con un proyectos para tener objetivos y cumplirlos a largo plazo, sentirte realizado o valorado al ver que TU has podido.. de todas maneras, es bastante relativo, ni siquiera podemos definirla ya que nadie sabe lo que es, porque no es una cosa concreta y nunca se llega hacer feliz completamente, ya que cuando has creído que con algo conseguirías la felicidad, una ves logrado ese objetivo te das cuenta de que no era suficiente e intentas buscar otra manera de llegar a ella y así continuamente, por lo tanto nunca llegas a ser feliz, por lo que yo creo que el sentido de la vida que es ser feliz, tampoco tiene mucho sentido.. esto ultimo puede ser un poco lioso, pero si le buscas el sentido si que puede llegar a tenerlo... jeje..

Anónimo dijo...

Bienvenida, Ana.
Te felicito por tu humor. Pienso que el sentido del humor es un buen recurso, a veces la felicidad se nos "presenta inesperadamente", quien tiene sentido del humor la capta un poquillo más,pienso,que quien está apesadumbrado "buscándola". Ya estáis viendo que Aristóteles no paraba, sentía verdadera pasión por el conocimiento, por el saber. Pienso que la felicidad tiene mucho que ver con eso también: APASIONARSE CON ALGO: UN PROYECTO, UN GRUPO DE AMIGOS, NUESTRO PROPIO DESARROLLO PERSONAL, LA VIDA....

Anónimo dijo...

Hasta ahota Aritóteles nos ha aportado las siguientes consideraciones:

- Depende mucho de nosotros conseguir la virtud (latina) o Areté (griega)
Mercedes

- Sobre nuestra naturaleza animal, social y racional, Aristóteles nos dice que hay que buscar el equilibrio entre ellas, sin que haya que eliminar ninguna.
Edgar

- La ética como disciplina es gratificante, porque si nos esforzamos conseguiremos, los objetivos que nos propongamos.
Ana

- Comporto la idea aristotélica de que en el medio está la virtud y hay que evitar los extremos.
Jaime

Anónimo dijo...

Parece que entre todos los comentarios que se ve, es muy dificil concretar la definición de la felicidad ya que ella solo dura una fracción de segundo pero no es durarera porque si fuera durarera no habría problemas en la sociedad pero es una cosa que no pasará nunca. La felicidad del ser Humano es muy dificil de llegar porque tienes que sentirte bien contigo mismo ver que los demás se sienten bien consigo mismo ver que todo el mundo se siente bien pero cuando consigas eso pasará igual como la fracción de segundo que dije antes que cuando se consigue el bien absoluto sacarás la felicidad en un momento y ya está,luego se irá igual que nos pasa con las cosas mas pequeña. No creo que estemos destinado solo a la felicidad sino también a la tristeza ya que se necesitan uno a la otra. Yo creo personalmente que el que diga que es feliz siempre es porque se está engañandose así mismo y no quiere aceptar que no es feliz. La felicidad no se debe trabajar sino conseuirla por los medios que te gusta por lo que ves alrededor por lo que disfrutas en tu vida y lo importante es no dejarse lñlevar por la tristeza porque sinó acabará con todo el ser humano que esté triste.

Anónimo dijo...

"En esos momentos tuve una certeza fulminante: cada uno tenía una "misión", pero ésta no podía ser elegida, definida administrada a voluntad. Era un error desear nuevos dioses, y completamente falso querer dar algo al mundo. No existía ningún deber, ninguno, para un hombre consciente, excepto el de buscarse a sí mismo, afirmarse en su interior, tantear un camino hacia adelante sin preocuparse de la meta a que pudiera conducir. Aquel descubrimiento me conmovió profundamente; éste fue el fruto de aquella experiencia. Yo había jugado a menudo con imágenes del futuro y soñado con papeles que me pudieran estar destinados, de poeta quizá, de profeta, de pintor o de cualquieer otra cosa. Aquellas imágenes no valían nada. Yo no estaba en el mundo para escribir, predicar o pintar; ni yo ni nadie estaba para eso. Tales cosas podían surgir marginalmente. La misión verdadera de cada uno era llegar a 22sí mismo. Se podía llegar a poeta o a loco, a profeta o a criminal; eso no era asunto de uno; a fin de cuentas carecía de importancia. Lo que importabha era encontrar su propio destino, no un destino cualquiera, y vivirlo por completo. Todo lo demás eran medianías, un intento de evasión, de buscar refugio en el ideal de la masa; era amoldarse; era miedo ante la propia individualidad. La nueva imagen surgió terrible y sagrada ante mis ojos, presentida múltiples veces, quizá pronunciada ya otras tantas, pero nunca vivida hasta ahora. Yo era un proyecto de la naturaleza, un proyecto hacia lo desconocido, quizá hacia lo nuevo, quizá hacia la nada; y mi misión, mi única misión, era dejar realizarse este proyecto que brotaba de las profundidades, sentir en mí su voluntad e identificarme con él por completo."

Anónimo dijo...

La felicidad es un sentimiento muy dificil de obtener permanentemente porque ya hayas logrado esas cosas que querias obtener estarás feliz en un determinado tiempo y despues te quedas como estabas antes y lo que intentas es buscar otra meta para sentirte mas feliz y así sucesivamente. Yo creo que si la felicidad existiera no nos dejaría y estaría siempre con nosotros pero no es así y creo que estamos destinado a luchar mas que ser feliz.

Anónimo dijo...

A mi me parece que la felicidad no es el objetivo de la vida. No estamos aquí para ser "felices". Como decía Freud: "El plan de la Creación no incluye el propósito de que el hombre sea "feliz".
La felicidad no es sino un deseo, muy comprensible, muy humano, pero sólo un deseo -humano, demasiado humano-.
El hacer de la felicidad el objetivo de nuestras vidas lo que consigue es hacernos más infelices ("Para no llegar a ser muy desgraciado, el modo más seguro es no aspirar a ser muy feliz". Shopenhauer).
Por obstinarnos en ser felices, por querer ser felices a toda costa, nos extraviamos en la vida, y nos encontramos cada vez más perdidos, pues ciframos aquélla no en el ser, sino en el tener, en el bienestar material, en el placer inmediato y en la posesión de cosas. Y, en este sentido, y citando de nuevo a Schopenhauer, "el hombre no es nunca feliz, pero se pasa toda la vida corriendo en pos de algo que cree ha de hacerle feliz. Rara vez alcanza su objetivo, y cuando lo logra solamente consigue verse desilusionado".

Yo creo que debemos olvidarnos de la "felicidad" y centrarnos en cumplir con nuestra vida, con nuestro destino, con nuestro propósito en la vida. Como diría Aristóteles, si nos desarrollamos y perfeccionamos como hombres conscientes, si nos realizamos como tales y cumplimos nuestro "fin" ("meta", "destino", "tarea"), entonces podremos ser "felices", pues habremos cumplido con nuestro objetivo, nos habremos realizado en lo más íntimo de nuestro ser. Así que la felicidad, la alegría íntima, la satisfacción más profunda, puede venir incidentalmente sólo si no la buscamos directamente, sino si nos dedicamos a cumplir con la finalidad que como seres humanos tenemos en la vida.

El hombre no puede ser feliz si su vida no tiene sentido, o si ese sentido no es el auténtico. La ausencia de sentido en la vida es lo que hace al hombre profundamente infeliz, lo que lo sume en la desesperación, en la depresión más profunda, en el vacío, lo que lo extravía y lo arrastra a la nada. -Debemos encontrar el sentido de nuestra vida, el auténtico y profundo sentido. Sólo eso puede salvarnos.



"La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo, la tentativa de un camino, el esbozo de un sendero. Ningún hombre ha sido nunca por completo él mismo; pero todos aspiran a llegar a serlo, oscuramente unos, más claramente otros, cada uno como puede. Todos llevan consigo, hasta el fin, los restos de su nacimiento, viscosidades y cáscaras de huevo de un mundo primordial. Alguno no llega jamás a ser hombre, y sigue siendo rana, ardilla u hormiga. Otro es hombre de medio cuerpo arriba, y el resto, pez. Pero cada uno es un impulso de la Naturaleza hacia el hombre. Todos tenemos orígenes comunes: las madres; todos nosotros venimos de la misma sima, pero cada uno -tentativa e impulso desde lo hondo- tiende a su propio fin" (Hermann Hesse: "Demian")

Anónimo dijo...

FELICIDAD : La búsqueda interminable y la infalible insatisfacción del “post”


Leo vuestros comentarios y aplaudo vuestras conclusiones, ya no solo por lo que tengan de acertadas, sino por lo que os ha supuesto conseguirlas: La búsqueda

Si leyéramos nuestras conclusiones futuras, habría /mos de aceptar una realidad incustionable: lo que os satisfizo al concluir vuestro primer ensayo os dejo de satisfacer al cabo de un tiempo (la longitud de ese periodo varía según el apetito de cada individuo, o lo que tarden los demás en cuestionarnos). Incluso si reafirmarais en el segundo planteamiento lo expuesto en el primero, estaríais / mos evidenciando la existencia de una duda oculta, o la necesidad de ser entendidos, que es otra forma de demostrar nuestra inconformidad (Incomprensión social). Si no fuese así no insistiríamos: La insatisfacción

El “plácido paseo” existente entre esas dos palabras subrayadas es lo que realmente nos hace felices. Y digo “nos hace” por que en si mismo no proporciona felicidad, pero puede llegar a manifestarla al final del camino, cuando aun no llegamos a sentir la infalible insatisfacción.

Einstein murió creyendo que su teoría de la relatividad estaba equivocada, a pesar del reconocimiento mundial. Por aquel entonces, no había tecnología que demostrara, como así ocurrió años después de su muerte, que estaba plenamente en lo cierto. Pero esa insatisfacción fue la que le mantuvo en acción toda su vida. Siguió buscando.
Esta insatisfacción es el verdadero motor de la búsqueda y aun estando en lo cierto necesitamos la aceptación de nuestros congéneres, e incluso a veces, como le ocurrió a Einstein no es suficiente. ¿Por qué sino Galileo y tantos otros se expusieron a morir o lo hicieron defendiendo sus planteamientos? ¿Es que no les bastaba con estar íntimamente seguros de su hallazgo?
La respuesta es NO. Al igual que los artistas, nuestros hallazgos han de ser apreciados y compartidos por el resto de la especie.
Un artista que no es aplaudido, o no vende el resultado de su talento (El dinero es a veces una ovación cerrada) se siente abatido e insatisfecho. Van Gogh, Kennedy Toole … y tantos otros.

Existen muchas sirenas cuyo canto nos obliga a buscarlas. A veces estas sirenas una vez halladas son de obligada divulgación. (Cuando el torero Luís Miguel Dominguín logró acostarse con Ava Gardner, lo primero que hizo nada más terminar el deseado acto fue vestirse, y cuando Ava le preguntó extrañada por lo veloz de su fuga - “Pero ¿Dónde vas?” Él la respondió con la misma extrañeza - “Pues ¿Dónde voy a ir? ¡A contarlo!
•La felicidad obtenida necesitaba ser compartida y celebrada, con el mismo entusiasmo que otros pusieron en enfermar o suicidarse por no poder compartir con nadie su hallazgo o el éxito de su obra artística.
Hay sirenas cuyo canto nos inicia en la búsqueda y el posterior descubrimiento que nos hará sentir felicidad sin necesidad de ser compartido con otros. Éstos son coyunturales y mucho más efímeros, pero no por ello menos intensos. El haber viajado a un deseado lugar y permanecer un instante complaciéndonos en su visión nos puede proporcionar una agradable sensación de bienestar (Degustar en soledad unos deliciosos mejillones al vapor, la puesta de sol vista desde un impresionante mirador, o conseguir el beso de alguien muy deseado) pero tan efímero como lo que dure lo que nos proporciona ese placer, aunque eso no impedirá que nos digamos con una sonrisa, ¡Que feliz me siento!
La inevitable insatisfacción “Post”(A veces no reconocible) nos empujará de nuevo a buscar otro destino que visitar, o más besos. La búsqueda de más felicidad nos empujará de nuevo al “plácido paseo”. La búsqueda del camino para conseguirla vuelve a comenzar.
La tarea de encontrar ese placer que nos proporciona la nueva canción que aplaudirán, o la estrategia que desembocará en un nuevo beso es la misma que el pobre Sísifo estaba condenado a repetir por toda la eternidad, solo que puede llegar a ser fructífera.

Los humanos, como bien explicaba Gaarder en “El mundo de Sofía” nos diferenciamos de los animales en que no nos conformamos con ver el destino de la pelota que nos llega rodando desde atrás adelantándonos. Eso lo hacen los gatos o los perros. Nosotros nos volvemos buscando lo que ha originado que esa pelota ruede y nos adelante. Buscamos la explicación al fenómeno. No nos conformamos con sentir la felicidad, necesitamos averiguar que la origina. Necesitamos dominar la técnica para reproducirla cuando nos plazca. Y esa es la propia naturaleza de nuestra eterna búsqueda. Nuestra incapacidad de dominarla. De ahí nace la filosofía, de nuestra incapacidad.
Los griegos lo llamaron Utopía que no es otra cosa que “el lugar más allá”. Siempre que coronemos una montaña mataremos la felicidad que nos proporciona haberlo conseguido, y al disfrutar efímeramente de la privilegiada vista divisaremos otra cima, y el fenómeno volverá a reproducirse. La visión de la Utopía, ese lugar más allá, nos volverá a provocar, y volveremos a la eterna búsqueda de otra “utopía” que coronar.
Esa es la esencia química que obtenemos al destilar la felicidad.
El problema es que no sabemos como embotellarla, y si lo hiciéramos nos quedaríamos sin el motor de nuestra insatisfacción.
Quizás nos marchitaríamos como la hiedra sin el agua que la obliga a expandirse continuamente y colonizar el mundo entero.

Anónimo dijo...

Pedro: es tan "denso" tu comentario, que nos llevará un tiempito comentártelo nosotros, a su vez. Hay muchas y ricas ideas expuestas, iremos desgranándolas. En eso consiste nuestro quehacer en este curso: leer, interpretar, asimilar, interiorizar, interactuar... ¡vamos, mantener "ágil el coco"! y tú, nos estás aportando interesante contenido. Te iremos respondiendo. Un abrazote

Anónimo dijo...

Yo toy de acuerdo con Silvia que el objetivo de la vida no es buscar la felicidad absoluta, debemos olvidar un poco de esa obsesión que tenemos todos los seres humanos de intentar ser felices a toda costa, porque con ello solo conseguimos olvidarnos de las pequeñas cosas, no solo material sino espirituales, que son realmente la que nos da la felicidad.

También estoy de acuerdo contigo Silvia en que debemos buscar el porqué estamos en esta vida y sobre todo vivir acorde con lo que nos toco.

Tenemos que encontrar el sentido de nuestra vida como tu muy bien dices, sea tanto un interes por alguna actividad o una persona que nos guste, pero lo importantte es tener una motivación un sentimiento para ser feliz.

Anónimo dijo...

Yo pienso que la felicidad es imprescindible en la vida pero ésta no se la busca porque terminaremos siendo desgraciados. La felicidadad no se busca para tu propio bien sino para el bien de todos. Debemos cumplir nuestro destino en este mundo y olvidarnos de la felicidad y cuando hayamos llegado a esa meta, a ese obejetivo, habremos logrado ser felices.

También comparto contigo la idea de que la vida de todo hombre es un camino asi mismo, este aspira a ser completo.

Anónimo dijo...

Yo estoy de acuerdo con Silvia, ya que no tenemos que encontrar nuestra propia felicidad, nuestro propio bien sino también la de los demás. si nosotros queremos ser felices y nos obstinamos por ello estaremos cada vez más perdidos.

El hombre nunca alcanza la felicidad absoluta, ya que cuando logra el objetivo que tenía pensado puede verse desilucionado porque este lo podria hacer mucho mejor.

También creo que si nos desarrollamos como seres humanos y cumplimos con las tareas que tenemos pendiente, podemos llegar a ser felices. Sólo si encontramos el sentido de nuestra vida, pero sólo el autentico, seremos felices.

Anónimo dijo...

Pedro empieza diciendo que cuando encontramos alguna cosa que nos hace felices, llega un momento en que dudamos de ella y empezamos a sentir una gran insatisfacción, y aparece en nosotros el afán de buscar nuevas metas que conlleven la felicidad, y en esto estoy completamente de acuerdo con él porque nuestra felicidad dura muy poco y aquello que en su momento nos llenó de ella, ahora no nos interesa y queremos nuevas cosas.

Un hecho, una acción, etc… nos hace más felices cuando se lo contamos a la multitud y observamos gratitud y aceptación hacia eso que hemos contado; como ha dicho el autor, un ejemplo de esto es como Galileo Galilei no pudo quedarse callado aún sabiendo que su teoría era cierta, necesitaba contársela a las personas y que estas le dieran su aceptación.

Nos parece que Pedro quiere expresar con su opinión que hay muchas cosas que afectan a nuestra felicidad y que influyen en ella, por lo que al ser humano le resulta muy difícil alcanzar la verdadera felicidad, y a veces aún obteniéndola no estamos conformes pues ya la hemos conseguido una vez pasada la primera euforia, nos sentimos dudosos o conformes de que si era lo que realmente queríamos, y comenzamos a buscar una nueva meta, otra cosa que nos pueda hacer felices, o como los griegos lo llamaron, comenzamos a buscar una nueva utopía.

Anónimo dijo...

QUERIDA SILVIA:

Gracias por todas las ideas que expresas en tu comentario.
Sobre Shopenhauer ¡mira que te gusta Shopenhauer ¿eh?! ya sabes lo que pienso: tenía una tendencia hacia la tristeza; claro, no es de extrañar que él considerara que la búsqueda de la felicidad fuera una aspiración ilusa. Pero… ¿qué de inconveniente tiene la aspiración de ser feliz? Pienso que es una aspiración muy legítima. Claro que, ¿qué entendemos por ser felices ? No estamos hablando de la autocomplacencia personal. Felicidad puede ser aspirar a nuestra plenitud, a la de cada uno; esa plenitud puede llevar implícita la búsqueda del bienestar colectivo, de las mejores formas, la búsqueda del bienestar de la comunidad, como en los tiempos de los filósofos griegos; no tanto la autosatisfacción y el individualismo.

Hay otra idea que planteas: centrarnos en cumplir con nuestra vida, con nuestro destino, pero ¿cuál es nuestro destino? ¿Tenemos un “destino”, Silvia? Puede ser éste vivir de la manera más óptima esta oportunidad que la naturaleza nos ha brindado? Es decir, ¿no es nuestro destino la búsqueda de la felicidad?.

Sobre la asociación búsqueda de sentido y felicidad, estoy completamente de acuerdo. No saber qué hacemos aquí, qué sentido tiene nuestra vida, puede hacernos profundamente desdichados. Darle ese sentido a nuestra vida, un auténtico y profundo sentido, como tú indicas, puede acercarnos a la felicidad.

Y también entiendo que ese sentido de la vida, “es un camino hacia nosotros mismos” como dice Herman Hesse, a quien tú citas. Cada tentativa e impulso desde lo profundo hacia esa búsqueda de nuestra finalidad, de nuestra “esencia humana” es un impulso que en ocasiones da vértigo, pero que nos dignifica

Un abrazo y hasta el próximo encuentro, que esperaremos con anhelo; aunque ello produzca infelicidad, ja ja

Anónimo dijo...

tras haber estudiado un poco más a Aristóteles he llegado a la conclusión de que para él, la felicidad consiste en la contemplación, la actividad más alta del intelecto humano, por ello sólo los sabios son felices de verdad, pues la gente considera la feicidad el negocio, las riquezas y los honores. Los seres humanos también tienen cualidades comunes con los animales como comer, beber,etc., pero poseen otras facultades (pensar, querer...)que son propiasde ellos. La autentica felicidad consiste en el ejercicio de estas últimas facultades. el hombre necesita averiguar qué es el bien,realizar un esfuerzo intelectual para alcanzar la felicidad cumpliendo el deber.

Anónimo dijo...

Y no muy lejos de nosotros podemos encontrar el bienestar.Esta frase la Pearl, contiene una gran certeza ¿no os parece?

“Muchas personas se pierden las
pequeñas alegrías mientras aguardan
la gran felicidad”

(Pearl S. Buck,
novelista estadounidense,
1892 - 1973)

Anónimo dijo...

Después de todos vuestros comentarios, creo que se puede añadir poco más, salvo que estáis de suerte si tenéis cerca a alguien que os provoca para la reflexión.Y por lo que veo, no os falta. Eso puede ser motivo de felicidad.
Felicidad, es para mí, tener el valor de cuestionarse la vida, decidir por uno mismo escuchando a los demás, construir un sentido, a la manera que nos propone Viktor Frankl con su logoterapia, darle a la vida motivos para guiñarle un ojo.
Os propongo que trasladéis el “sapere aude” de la Ilustración Kantiana a esta época de hipermodernidad donde nos han vaciado de todo contenido crítico y nos normalizan desde los medios de comunicación. Felicidad es no dejarse globalizar.
Felicidad es afrontar, como pide Sartre, la decisión de ser responsables de nuestra vida, y esta autonomía no tiene nada que ver con ese individualismo que nos vende la sociedad neocapitalista para que caminemos solos, (fáciles presas para el dragón liberal) obviando al grupo .
A la manera de Sócrates, hay que cuestionarse todo lo establecido, sin fanatismos, con rigurosidad, con respeto, porque no podemos dar nada por definitivo si antes no los hemos analizado.
Felicidad es trascender más allá de nuestra animalidad, desde el proyecto de vida, desde el amor, desde la solidaridad, desde cualquier esquina donde otro ser humano pueda necesitarnos.
Felicidad es como dice el poeta, estar de acuerdo con la vida. Para todos, la vida guarda estos momentos, siempre entrelazados en el dolor y el desamparo, situación propia del ser humano como nos diría Schopenhauer, pero se da con ellos. Por cierto, a veces hay que ir a buscarlos.(Russell se lo plantea)
La Felicidad, puede ser al final, un relámpago sobre el agua, como en la película de Alain Tanner, pero también una respuesta, una espera, unos labios, un beso, un camino al final de la dehesa.
Como la inspiración, debe pillar al escritor trabajando para que fructifique en su trabajo, así deberíamos estar nosotros de pendientes para que no se nos escape una gota, de ese líquido tan escaso, en esta vida tan corta.
Un abrazo a todos desde Andalucía.

Anónimo dijo...

FRANCISCO:

"Darle a la vida motivos para guiñarle un ojo"

Me encanta, Francisco. Un abrazo, Gracias por tu comentario, es un regalo.