martes, 20 de noviembre de 2007

95.-SER YO QUIEN DECIDA

Explica el columnista Sydney Harris que, en una ocasión, acompañó a un amigo suyo a comprar el periódico. Al llegar el quiosco su amigo saludó amablemente el vendedor. El quiosquero, en cambio, respondió con modales bruscos y desconsiderados y le lanzó el periódico de mala manera. Su amigo, no obstante, sonrió y pausadamente deseó al quiosquero que pasase un buen fin de semana. Al continuar su camino, Sydney le dijo:

-Oye… ¿Este hombre siempre te trata así?

-Si, por desgracia.

-Y tú, ¿siempre te muestras con él tan educado y amable?

-Sí, así es.

-Y ¿me quieres decir por qué tú eres tan amable con él, cuando él es tan antipático contigo?

-Es bien fácil. Porque yo no quiero que sea él quien decida cómo me he de comportar yo.

15 comentarios:

Malena dijo...

Estoy convencida de que si sonríes a una persona día tras día, al final por mimetismo acabará sonriendo.

Primero una mueca parecida a una sonrisa y luego ya más abiertamente.

Pero sobre todo, como dice el t´tulo del post: Que sea yo quién decida.

Un beso, Merce.

Anónimo dijo...

Como bien dice el titulo, soy yo quien decido como comportarme, y estoy de acuerdo con Malena, ya que si a una persona que te trata mal, tú le sonries, le tratas amablemente, él/ella acabará tratandote igual de bien.

Anónimo dijo...

yo creo que si el quiosquero me tirase el periódico a la cara, yo le tiraria el quiosco al mar.Es cierto lo de que no debes dejar que los demas te dicten como has de comportarte, pero todo tiene un límite. Si le prendes fuego a su quiosco, seguro que luego no te trata asi y no tienes que soportarlo a diario.A Mercedes: que sea yo quien decida. SUENA A
CAMPAÑA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO. Ser cobarde y no afrontar los problemas, tener miedo a enfadarse...no es el camino.Si quieres decidir como vivir debes ser dura con quien pretende coaccionarte.

Anónimo dijo...

Este texto lo he elegido yo, porque me parece bastante cercano a nuestro día a día y es algo que beneficiaría bastante nuestras vidas si nos comprometemos a llevarlo a cabo. Desgraciadamente esto no siempre funciona, hay gente que vive rodeada por un muro que no le permite recibir emociones del exterior.

Anónimo dijo...

la frase "que sea yo quien decida" me parece muy original.Yo creo que todo el mundo deberia aplicarsela y no dejarse llevar por los demas comentarios o simplemente del humor del resto de la gente y menos aun si ese humor es desagradable.yo creo que eso de sonreirle a las personas y que poco a poco ellas tambien iran haciendo lo mismo puede que funcione y puede que no...simplemente porque cada uno decide por si mismo sea lo que sea.

Anónimo dijo...

ALEJANDRO:

Impresionante! una muestra increible de inteligencia, sabiduria y templanza. quizas muchos e incluso yo mismo no reaccionemos asi en una situacion semejante, aunque deberiamos, ya que no podemos convertir nuestro caràcter en un caràcter antipàtico y grotesco sòlo por un periòdico.

Anónimo dijo...

La moraleja final es muy interesante, ya que así deberiamos actuar todos. Muchas veces nos sentimos mal por como nos ha tratado otra persona por lo que somos influenciables. Esto no debería ser así, y nos da una lección cuando dice que no va a ser el quiosquero el que decida como tiene que sentirse o comportarse él.

Anónimo dijo...

a fran:vivimos en un mundo duro y sin sentido y eso ya es bastante malo.Hay que luchar por la justicia.Y si debo pasarme la mitad de mi vida en la cárcel porque alguien me tire un periódico a la cara lo hare gustoso.

Adolfo Morales dijo...

Yo os invitaría a oír vuestro corazón. Suele llevar razón por lo general, aunque no le hagamos caso. Así siempre decidirás tú.

Anónimo dijo...

MALENA / AÑIL Y CAL

ABRAZOS. BIENVENIDOS A NUESTRAS COSTAS

Anónimo dijo...

A ALEJANDRO:

Estoy de acuerdo con la frase "ser yo quien decida" porque tanto si es devolverle los malos modos al quiosquero como devolverle, por el contrario una sonrisa, es una decisión que depende de mí. Se trata de no reaccionar sin más, sino de reflexionar algo la respuesta.

Te sorprendería saber todo lo que se consigue con la vía de la amabilidad, tendría mil ejemplos que darte de mi estancia en las clases, sobre todo en la ESO, la verdad, en Bachillerato, no tanto.

A muchos exabruptos de los chiquillos de ESO, algunos profes reaccionamos poniéndonos en el extremo contrario y ello les crea una "disonancia cognitiva" tan fuerte a esos alumnos que, se quedan extrañados, ellos ya están muy "acostumbrados" a que su violencia, tenga por respuesta más violencia; así que cuando no respondes con violencia, "algo" raro sucede en sus cabezas, y ese "algo" es importantísimo, muy importante, quizá es lo único que voy/vamos a conseguir en esos chicos/as pero... me parece muchísimo.

Claro, previamente hay que tomarse muchas "tilas", porque a más de uno le daría gustosísima "con el periódico" en toda la cabezota.

Anónimo dijo...

Ante personas de ese carácter (el vendedor) es mejor mostrar indeferencia y no resaltar tus emociones por lo que esa persona pueda decirte. Tratar de buen modo a esa persona, sin devolverle la misma moneda, es una muestra de no rebajarse a su tristísimo nivel de comportamiento y saber estar.

Anónimo dijo...

El mal humor o carácter de una persona, puede estar motivado por diversas circunstancias de las cuales podemos ser o no responsables. Sin embargo, quizás también está en nuestras manos cambiar esta actitud. Si nos encontramos ante una persona maleducada, agresiva,…tenemos dos opciones: reaccionar de igual forma, o por el contrario, responder con nuestra cara más alegre y amable para hacerle ver que el mundo tiene diversas y mejores formas de vida, a las que se puede incorporar. Es más, no es justo que la antipatía de otras personas nos afecte, por lo tanto, debemos elegir tan sólo nosotros nuestra forma de afrontar el día a día. Para finalizar, quiero dejar en el aire y en vuestras manos la famosa frase de Jesús: “Si te golpean, pon la otra mejilla”. ¿ Será que la indiferencia es la mejor arma?

Anónimo dijo...

TEner nuestra propia opinión y libertad para elegir es un don que no debemos de derrochar, y debemos de valorar tener voto y palabra

Anónimo dijo...

Esta historia me ha gustado bastante, ya que para mí es un claro ejemplo que nos enseña, o nos debería enseñar como deberíamos actuar ante una persona que nos trata desconsideradamente. Por desgracia, esto nos pasa a menudo, y en vez de mostrar nuestro buen carácter ante estos “personajes” lo que solemos hacer es ser “gobernados” por esta persona que nos incita a comportarnos como tal devolviéndole sus insultos, imitando sus malos modales, sin darnos cuenta de que en ese mismo momento quedamos a alturas semejantes.