FELICIDAD
"¿Qué madre o qué padre no se ha protegido más de una vez en la fácil excusa: «yo sólo quiero que mi hijo sea feliz»? Querer la felicidad para sí mismo o para otro es un exceso: es quererlo todo. Pero al decir: «sólo quiero su felicidad» estamos haciendo una confesión de modestia: no ambiciono nada, no pido, no exijo, sólo quiero que le vaya bien en la vida, que sea feliz. Nos hemos dado cuenta de que tratar de conseguir un hijo a imagen y semejanza nuestra es iluso y peligroso. Nada es mejor cultivo para la frustración que el deseo no reprimido de ver en el hijo la reproducción de una imagen que previamente tenemos de él. O esperar que sea la compensación de nuestros defectos y faltas. Yo no pude ser médico ni ingeniera de caminos: que lo sea mi hija. Nada más contrario también a la felicidad.
El estoico Séneca, que escribió sabiamente sobre la aspiración humana a la felicidad, dejó dicho que «la vida feliz es la que está conforme con la naturaleza de las cosas». Quería decir que el camino para ser feliz es aceptar la realidad -en este caso, la de los propios hijos- como son: con sus defectos, sus miserias y sus debilidades.
Es contraproducente para la tranquilidad del alma, que seguramente es lo más similar a la felicidad, forzar en exceso a la realidad.
Pero una cosa es forzar la naturaleza de las cosas y otra muy distinta y nada recomendable, dejar hacer. La felicidad no consiste en una especie de estado beatífico en el que todos los deseos y satisfacciones han quedado satisfechos. Ese estado sería, para empezar, inhumano, impropio de nosotros. Nuestro objetivo no es, en realidad, poseer la felicidad, sino más bien buscarla, algo mucho más limitado y que consiste en tratar de obtener el máximo rendimiento y satisfacción con lo que libremente hacemos. En realidad la felicidad no es un objetivo que pueda buscarse por sí mismo. Es el producto obtenido al hacer otras cosas viendo un partido de fútbol, leyendo un libro, charlando con los amigos, planeando unas vacaciones, enrolándose en una ONG.
Lo primero que hay que aprender para conseguir esas pequeñas porciones de felicidad que puede proporcionar la vida, es que el ser humano se distingue del animal en que éste actúa por instinto mientras el hombre escoge su forma de vida. El animal hace lo que le apetece cuando le apetece: un perro ladra, come, duerme o juega cuando su instinto selo pide. El hombre, por el contrario, puede-digámoslo así- tomarse un respiro frente a lo que le pide el cuerpo. El hombre piensa, calcula ,mide, elige, decide y va construyendo su propia felicidad.
Por lo menos, lo intenta. Pues bien, esa diferencia el niño la desconoce.No sabe que lo que apetece en cada momento puede no ser lo más conveniente. Tiene que aprender a controlar las emociones, a esperar, a establecer una distancia entre el estímulo y la respuesta.
Algunos filósofos han insistido en que hay que aprender a distinguir la felicidad del placer. La idea era, en principio aceptable, pero dejó de serlo cuando la diferencia entre felicidad y placer se quiso llevar demasiado lejos, especialmente por obra de los puritanismos y fundamentalismos religiosos. Mi generación, y varias generaciones anteriores a la mía, por ejemplo, crecimos con la idea de que todo lo bueno, apetecible y placentero, era pecado. Es una táctica equivocada para descubrir la felicidad. Los dos grandes maestros del ser humano -dijo el utilitarista Bentham- son el placer y el dolor. Vamos en pos del placer y evitamos el dolor y el sufrimiento. Lo único que el humano puede y debe hacer, y que no hace el animal, es aprender a distinguir y jerarquizar placeres y dolores. A esta capacidad los griegos la llamaron «templanza». Orientar a un niño con respecto a la felicidad es habituarle a la templanza. A reprimirse cuando haga falta. A ser incrédulo con respecto a los modelos de felicidad que ofrecen la sociedad, el mercado, la política. Ya lo dijo Aristóteles: la felicidad no consiste en obtener lo que la mayoría de la gente cree: dinero, éxito, poder, honores, belleza. Todas estas cosas ayudan, por supuesto, a estar bien con uno mismo, pero no son la felicidad misma. La felicidad -concluía el mismo filósofo- consiste en ser una buena persona
¡Vaya conclusión! ¿Qué es ser una buena persona? ¿Es que alguien puede saberlo? Estamos ante una de las grandes preguntas de la filosofía moral, ésas que no tienen respuestas definitivas, pero nos ayudan a pensar. No hay modelos que retraten a las buenas personas.
Es más: lo que los niños de hoy perciben como modelo es lo contrario de lo que dijo el filósofo: es feliz el más fuerte, el más rico, el más guapo, el más duro, el que sale vencedor de todas las batallas.
Es bueno el que gana y malo el que pierde. Ahí está la dificultad. En este mundo de competencias, de perdedores y ganadores, ¿cómo hacerle entender a un niño que la felicidad se busca de otra forma, que no siempre es importante ganar y, sobre todo, que ganar no es lo que aparece como tal?
Contestar a estas preguntas con brevedad es imposible .A riesgo de simplificar y de dejar de decir muchas cosas, se me ocurre que, en nuestro mundo, hay por lo menos cuatro riesgos que crean malentendidos sobre la vida feliz. Para combatirlos, habría que tener claro lo siguiente:
1.:La felicidad no consiste en tenerlo todo ni en conseguir todo lo que uno se propone. Ser ambicioso es positivo, pero dado que no todo saldrá a nuestro gusto, es preciso aprender a superar y vencer las adversidades. Es la gran lección que nos enseñaron los estoicos, los únicos filósofos que se enfrentaron de
veras a los grandes problemas de la existencia humana: la enfermedad, el fracaso, la muerte.
2.:La felicidad sólo se consigue en compañía. Necesitamos a los otros para vivir y para ser un poco felices. y, al decir, los otros, no es legítimo pensar sólo en «los nuestros», sino en los que son realmente «otros». La televisión nos acostumbra a contemplar con impasibilidad absoluta el sufrimiento y la tortura
a que está sometida mucha gente. Esa satisfacción con lo propio independientemente de lo que ocurra fuera se llama mezquindad.
3.:Hay una búsqueda de felicidad que acaba siendo autodestructiva porque convierte en fin lo que sólo era un medio. La adicción a las drogas, las sectas destructivas, la promiscuidad sexual, son mitificaciones de placeres que, a falta de control, acaban volviéndose contra uno mismo. Lo que los adultos deben preguntarse es hasta qué punto fomentan y no corrigen esas ideas de que la felicidad está en lo que produce sólo un placer inmediato.
Hasta qué punto lo están enseñando con su propia vida y con un dejar hacer que no sirve para formar criterio. La satisfacción de cualquier capricho, el recurso a los regalos como solución del aburrimiento, el consumo sin limites, favorecen la confusión de la felicidad con la satisfacción inmediata."( Pag 14-16)
"¿Qué madre o qué padre no se ha protegido más de una vez en la fácil excusa: «yo sólo quiero que mi hijo sea feliz»? Querer la felicidad para sí mismo o para otro es un exceso: es quererlo todo. Pero al decir: «sólo quiero su felicidad» estamos haciendo una confesión de modestia: no ambiciono nada, no pido, no exijo, sólo quiero que le vaya bien en la vida, que sea feliz. Nos hemos dado cuenta de que tratar de conseguir un hijo a imagen y semejanza nuestra es iluso y peligroso. Nada es mejor cultivo para la frustración que el deseo no reprimido de ver en el hijo la reproducción de una imagen que previamente tenemos de él. O esperar que sea la compensación de nuestros defectos y faltas. Yo no pude ser médico ni ingeniera de caminos: que lo sea mi hija. Nada más contrario también a la felicidad.
El estoico Séneca, que escribió sabiamente sobre la aspiración humana a la felicidad, dejó dicho que «la vida feliz es la que está conforme con la naturaleza de las cosas». Quería decir que el camino para ser feliz es aceptar la realidad -en este caso, la de los propios hijos- como son: con sus defectos, sus miserias y sus debilidades.
Es contraproducente para la tranquilidad del alma, que seguramente es lo más similar a la felicidad, forzar en exceso a la realidad.
Pero una cosa es forzar la naturaleza de las cosas y otra muy distinta y nada recomendable, dejar hacer. La felicidad no consiste en una especie de estado beatífico en el que todos los deseos y satisfacciones han quedado satisfechos. Ese estado sería, para empezar, inhumano, impropio de nosotros. Nuestro objetivo no es, en realidad, poseer la felicidad, sino más bien buscarla, algo mucho más limitado y que consiste en tratar de obtener el máximo rendimiento y satisfacción con lo que libremente hacemos. En realidad la felicidad no es un objetivo que pueda buscarse por sí mismo. Es el producto obtenido al hacer otras cosas viendo un partido de fútbol, leyendo un libro, charlando con los amigos, planeando unas vacaciones, enrolándose en una ONG.
Lo primero que hay que aprender para conseguir esas pequeñas porciones de felicidad que puede proporcionar la vida, es que el ser humano se distingue del animal en que éste actúa por instinto mientras el hombre escoge su forma de vida. El animal hace lo que le apetece cuando le apetece: un perro ladra, come, duerme o juega cuando su instinto selo pide. El hombre, por el contrario, puede-digámoslo así- tomarse un respiro frente a lo que le pide el cuerpo. El hombre piensa, calcula ,mide, elige, decide y va construyendo su propia felicidad.
Por lo menos, lo intenta. Pues bien, esa diferencia el niño la desconoce.No sabe que lo que apetece en cada momento puede no ser lo más conveniente. Tiene que aprender a controlar las emociones, a esperar, a establecer una distancia entre el estímulo y la respuesta.
Algunos filósofos han insistido en que hay que aprender a distinguir la felicidad del placer. La idea era, en principio aceptable, pero dejó de serlo cuando la diferencia entre felicidad y placer se quiso llevar demasiado lejos, especialmente por obra de los puritanismos y fundamentalismos religiosos. Mi generación, y varias generaciones anteriores a la mía, por ejemplo, crecimos con la idea de que todo lo bueno, apetecible y placentero, era pecado. Es una táctica equivocada para descubrir la felicidad. Los dos grandes maestros del ser humano -dijo el utilitarista Bentham- son el placer y el dolor. Vamos en pos del placer y evitamos el dolor y el sufrimiento. Lo único que el humano puede y debe hacer, y que no hace el animal, es aprender a distinguir y jerarquizar placeres y dolores. A esta capacidad los griegos la llamaron «templanza». Orientar a un niño con respecto a la felicidad es habituarle a la templanza. A reprimirse cuando haga falta. A ser incrédulo con respecto a los modelos de felicidad que ofrecen la sociedad, el mercado, la política. Ya lo dijo Aristóteles: la felicidad no consiste en obtener lo que la mayoría de la gente cree: dinero, éxito, poder, honores, belleza. Todas estas cosas ayudan, por supuesto, a estar bien con uno mismo, pero no son la felicidad misma. La felicidad -concluía el mismo filósofo- consiste en ser una buena persona
¡Vaya conclusión! ¿Qué es ser una buena persona? ¿Es que alguien puede saberlo? Estamos ante una de las grandes preguntas de la filosofía moral, ésas que no tienen respuestas definitivas, pero nos ayudan a pensar. No hay modelos que retraten a las buenas personas.
Es más: lo que los niños de hoy perciben como modelo es lo contrario de lo que dijo el filósofo: es feliz el más fuerte, el más rico, el más guapo, el más duro, el que sale vencedor de todas las batallas.
Es bueno el que gana y malo el que pierde. Ahí está la dificultad. En este mundo de competencias, de perdedores y ganadores, ¿cómo hacerle entender a un niño que la felicidad se busca de otra forma, que no siempre es importante ganar y, sobre todo, que ganar no es lo que aparece como tal?
Contestar a estas preguntas con brevedad es imposible .A riesgo de simplificar y de dejar de decir muchas cosas, se me ocurre que, en nuestro mundo, hay por lo menos cuatro riesgos que crean malentendidos sobre la vida feliz. Para combatirlos, habría que tener claro lo siguiente:
1.:La felicidad no consiste en tenerlo todo ni en conseguir todo lo que uno se propone. Ser ambicioso es positivo, pero dado que no todo saldrá a nuestro gusto, es preciso aprender a superar y vencer las adversidades. Es la gran lección que nos enseñaron los estoicos, los únicos filósofos que se enfrentaron de
veras a los grandes problemas de la existencia humana: la enfermedad, el fracaso, la muerte.
2.:La felicidad sólo se consigue en compañía. Necesitamos a los otros para vivir y para ser un poco felices. y, al decir, los otros, no es legítimo pensar sólo en «los nuestros», sino en los que son realmente «otros». La televisión nos acostumbra a contemplar con impasibilidad absoluta el sufrimiento y la tortura
a que está sometida mucha gente. Esa satisfacción con lo propio independientemente de lo que ocurra fuera se llama mezquindad.
3.:Hay una búsqueda de felicidad que acaba siendo autodestructiva porque convierte en fin lo que sólo era un medio. La adicción a las drogas, las sectas destructivas, la promiscuidad sexual, son mitificaciones de placeres que, a falta de control, acaban volviéndose contra uno mismo. Lo que los adultos deben preguntarse es hasta qué punto fomentan y no corrigen esas ideas de que la felicidad está en lo que produce sólo un placer inmediato.
Hasta qué punto lo están enseñando con su propia vida y con un dejar hacer que no sirve para formar criterio. La satisfacción de cualquier capricho, el recurso a los regalos como solución del aburrimiento, el consumo sin limites, favorecen la confusión de la felicidad con la satisfacción inmediata."( Pag 14-16)
Fuente: extractos del capítulo 1 " ¿Qué hay que enseñar a los hijos? "Victoria Camps
39 comentarios:
Destaco de esta lectura la pretensión de algunos padres de que sus hijos los compensen para hablar sobre eso
"Que mi hijo me compense"
No defiendo a los padres que utilizan sus frustraciones o deseos para que los hijos sean quienes los realicen, los hijos no tienen por qué ser un espejo de sus padres. Es muy importante la parte emotiva de los padres hacia sus hijos para que puedan desarrollar lo que más les guste. Pienso que no está mal orientarlos un poco, pero ellos tienen la libertad de abrir la puerta a su futuro y la llave se consigue con el esfuerzo propio. Hay que saber diferenciar entre orientar y obligar, si excedes la orientación ya empiezas a ser un padre controlador, y eso no sólo perjudicará tu relación afectiva con tu hijo, sino que le estarás obligando a hacer algo que no le gusta y no obtendrá los resultados esperados gracias a la falta de motivación.
Soy privilegiado al tener los padres que tengo, ellos hacen todo lo que está en sus manos para hacerme sentir bien con lo que hago, lo mínimo que puedo hacer compensarlos es darle alegrías y una de ellas son mis estudios. Sé que ellos me quieren por lo que soy y no por las notas que saco o lo que les doy, uno de los dones de la mayoría de los padres es esa aceptación natural de sus seres queridos.
Volviendo, Filoabpuerto.
A leerte y a dejarte este abrazo
Pienso que los padres y madres no se implican de la misma manera en la educación de sus hijos, por norma general las madres se implican más que los padres en la educación de sus hij@s, creo que en ese aspecto son más protectoras por naturaleza como lo demuestran muchas otras especies con sus crías.
También influye el tiempo que cada uno trabaje para estar más o menos tiempo con su hij@, pero siempre cada uno les aporta cosas y valores diferentes aunque la mayoría de l@s niñ@s tienen cierta predilección por sus madres debe de ser porque desde el embarazo pasamos más tiempo con ellas y el cariño que da una madre es insustituible.
Desde mi punto de vista creo que existen miles de ejemplos sobre el comportamiento de los padres y madres. No creo que se impliquen de la misma forma, pero no digo que sea más entregada la madre,ni tampoco el padre. Cada familia tiene sus costumbres y forma de educación, en algunos casos pueden ser ambos los que no dejan a su hijo en ningun momento,en otros casos la madre se preocupa más,en otras ocasiones el padre.... No creo que haya que inclinarse sobre ninguno.
¿?
- A exigirse... pero sin exceso.
- A ir en busca del objetivo deseado, no esperar que le venga a la mano.
- A saber perdonarse cuando se confunda.
- A tomar decisiones sabiendo que no siempre, y ni siquiera casi siempre, estará acertado.
- A aprender de los fallos -errores- ¿en qué me confundí? sabiemdo que lo hará en más ocasiones, y que eso no es malo ni bueno, simplemente lecciones de la vida.
- y tantas cosas que nosotros mismos seguiremos aprendiendo a través suyo.
Besos desde Madrid: PAQUITA
Sobre quién se implica más en la educación, es una pregunta que dependiendo a quien se la hagas te responderá de una manera u otra.
Hay mucha gente que se ha criado únicamente con su madre o su padre, pues estos están separados, el cual es mi caso, y pensará que las madres o los padres son los más que se implican, pues solo han vivido con uno de ellos.
En familia donde los padres están juntos, suele ser, por lo general, la madre la que se implica más en la educación y el cuidado de sus hijos, ya no tanto porque trabaje más o menos, si no debido a que su instinto materno es más fuerte y la impulsa a estar más encima de ellos, aunque siempre hay muchas excepciones. Aunque bien es verdad que en muchos casos son los padres quines trabajan y las madres son las que llevan el peso del cuidado de los hijos.
Afortunadamente, cada vez hay más una mayor implicación de los padres, impulsada por el trabajo de sus parejas y al mayor avance social que tenemos hoy en día, pues ya casi hemos dejado atrás el tópico de que el padre es el que trabaja y la madre debe ocuparse de las casa y los niños.
En mi caso, siempre he vivido con mi madre, pues mis padres están divorciados, y es ella la que siempre ha estado ahí, educándome y manteniéndome, muchos más que mi padre. Si me baso en los que he vivido, mi respuesta a que si se implican igual los padres que la madres sería un rotundo “no”, pero soy consciente de que esto no siempre es así, de que hay padres que se implican incluso más que muchos madres, aunque algo sí que tengo claro, siempre son y serán la más madres las que más se implique en la educación de los hijos
- A tener responsabilidades adaptadas a su edad.
- A valorar lo que se tiene.
- A no querer todo lo que ve a primera vista.
- A hacer pequeños sacrificios.
- A entender los "no" o los "sí", sin chantajes.
- A que no hay que estarles explicando TODO, hay cosas que la vida ya nos enseñará.
_ ...
(sigo otro día)
Un abrazo, querida Filo
ALMENA / PAQUITA / VIRGI
ALMENA ¿qué alegria de tu regreso a la "blogosfera", te echaba de menos.
PAQUITA cogiste carrerilla ¿eh?
Ahora estoy intercalando en clase la lectura de este libro con otros temas.
VIRGI se nota que lo tienes claro, compañera de profesión.
Saluditos a las tres
Como me hubiera gustado que mi hijo Daniel hubiese tenido siquiera una vez, una profe como tú.
Muy buena entrada, y muy completa. A veces nos empeñamos en intentar conseguir cosas que no existen; la búsqueda de la felicidad lleva a la infelicidad!!
Saludos
NAVEGANTE / AMPARO
NAVEGANTE:
¡Uy no sé yo ! en todo caso tengo claro que nosotros los profes sólo somos un pobre "eslabón" en la tarea formativa de nuestros/as alumnos/as. Son los padres los que realmente tienen el papel protagonista.
AMPARO:
Esa búsqueda a veces obsesiva nos conduce al fracaso, estoy contigo!
Saluditos a los dos
Merce
Ay, qué difícil educar para la felicidad... bueno, educar, a secas. Y no proyectar en los hijos nuestras pequeñeces. Un arte nunca debidamente valorado.
Sigo pensando.
Besos.
Todos los padres no proporcionan la misma educacion a sus hijos eso esta claro, cada uno tiene su manera de educar segun los han
educado a ellos sus padres,
costumbres, pensamientos, etc..
No estoy de acuerdo en esos que se dice por ahi de que la madre se preocupa más que el padre, los dos como tal se preocupan quisas de la misma manera pero las madres son las que sueles manifestarlo quizas mas que los padres.
Hay familias en las que los padres estan separados o divorsiados y el hijo tiene que, o convivir con su madre o convivir con su padre y segun con la persona con
la que conviva el hijo tendra mas afinidad o no. Nos podemos llevar bien mas con uno que con otro pero el sentimiento de amor es enorme y para los dos por igual.
Amo a mi padre y Adoro a mi madre! Y gracias a este comentario por un momento me he parado a pensar en lo afortunada que tengo que sentirme por tenerlos conmigo.
Según mi punto de vista los hombres desde tiempos remotos siempre se han creído superiores a las mujeres tratándolas con desprecio y como utensilios para los trabajos caseros y la crianza de los niños.
Menos mal que ya desde hace algún tiempo esto ya casi no se ve, porque los padres parece ser que cada vez son más conscientes de que en esta vida todos somos iguales y tenemos los mismos derechos y obligaciones.Por este motivo tanto padre como madre
se reparten las obligaciones de trabajo y educación.Por esta razón sabemos que hoy en día la educación y el cuidado de los hijos está más repartido entre madre y padre, aunque lo más seguro es que haya unas cuantas madres más que se ocupen solas de sus hijos.
A nuestros hijos hay que enseñarles que en la vida no se puede querer todo, y los padres se hacen una imagen de la que queremos que sea nuestro hijo y al no salir como quieren, nos frustamos tanto a los hijos como a ellos mismos.
Tenemos que aceptar la realidad,los defectos de nuestros hijos, etc. El objetivo no es poseer la felicidad, sino buscarla, pensamos que ciertas cosas que no tenemos, nos hacen feliz, y cuando las tenemos, nos sigue faltando algo.
Hay que enseñarle a nuestros hijos que las cosas que pide no las puede tener en ese preciso momento, sino que tiene que saber esperar.
Yo del texto he sacado la siguiente idea:
El camino para ser Feliz es aceptar la realidad-en este caso la de los propios hijos-como son: con sus defectos,sus miserias y sus debilidades.
Si uno mismo busca la felicidad, tenemos que empezar por aceptar todo lo que tenemos, hay que aceptar la situacion de desempleo, el momento en el que tu novi@ te deja, el divorcio de tus padres, la drogodependiencia de un hermano etc... Pero aceptar no es sinónimo de Conformarse, por eso mismo tenemos que buscar posibles soluciones a todo lo que tenga remedio, ya que los afectados en muchos casos de no aceptacion somos nosotros mismo a no aceptar la realidad de nuestros hijos un 1º paso en busca de la felicidad es éste y luego tenemos que ir proyectando otros objetivos y disfrutar de esos momentos que vivimos en determinadas etapas de nuestra vida
En mi opinión no se implica igual una madre que un padre, a parte de que la madre es la que da la vida, en muchos casos el hijo siempre tira mucho más por la madre que por el padre.
Un alto porcentaje de padres tienen un gran numero de horas diarias de jornada de trabajo por esto también no se implica tanto como la madre en el hijo, en muy pocos casos ocurre lo contrario aunque los padres pueden dividir sus horas para el trabajo e implicación sobre su hijo.
Tratar de conseguir un hijo a imagen y semejanza nuestra es iluso y peligroso.
Es bastante cierto, me parece, que muchos padres quieren que su hijo les compense, no es nada extraño oírles a los padres, ‘’Lo que no hice yo, quiero que lo hagas tú". Esto aumenta el riesgo de que, el hij@ se deprima; eso no es lo que quiere hacer él, y bien sabemos que si le obligamos él no estaría feliz.
El mundo de hoy que está llenísimo de competitividad, hay muchísimas salidas que pueden elegir los hij@s .
Como los padres tuvieron su tiempo de hacer lo que ellos querian, ahora es el tiempo de ellos. Al menos deben de dar los padres una oportunidad a sus hijos para que lo intenten. Y cierro esto así, con esta frase: ‘’Con los errores se aprende’’.
Buenísima entrada. Creo que das en el clavo de muchas cosas, ideas muy acertadas.
En las últimas semanas he visto varias entradas en distintos blogs sobre la educación hoy en día (si hay interés dímelo para poner las direcciones), y estoy convencido que para muchos sería de gran ayuda el leer ésto con tranquilidad, pensarlo a fondo y procurar poner en práctica algunas ideas aquí expuestas. Me quedo con el final "La satisfacción de cualquier capricho, el recurso a los regalos como solución del aburrimiento, el consumo sin limites, favorecen la confusión de la felicidad con la satisfacción inmediata."
Saludos.
Jesús.
"ES MAS : LO QUE LOS NIÑOS DE HOY PERCIBEN COMO MODELO ES LO CONTRARIO DE LO QUE DIJO EL FILÓSOFO ES FELIZ EL MAS FUERTE, EL MAS RICO, EL MAS GUAPO , EL MAS DURO, EL QUE SALE VENCEDOR DE TODAS LAS BATALLAS.ES BUENO EL QUE GANA Y MALO EL QUE PIERDE "
Hoy en dia los conceptos estan captados de modo contrario al que en realidad son, es como el o la que cree que ser popular ,en cierto modo te implica ser mejor, puede que sí pero también tienes que ver el motivo por el cual esa persona es popular, saber cual es el motivo por el cual la ven de esa manera.
No todas las cosas son tal como te las pintan y no es mejor el que gana una batalla sino el que la pierde con humildad y honradez.
Tampoco eres mejor por ser el musculitos del año porque por dentro puede que seas una persona de lo peor y solo te valoren por esos musculos que tienes.
No sé, en mi oponion es mejor ser tú mismo y que tu personalidad esté antes que tu físico.
La pregunta es como saber cuando es algo bueno o malo, y a esa pregunta la contestarían los padres, que son ellos los que te enseñan desde muy pequeños a como tendrás que ser en un futuro.
CON RESPECTO A LA IMPLICACIÓN
Podrían implicarse de la misma manera ya que los dos siempre suelen estar pendientes de su hijo/a, pero digamos que ahora todo depende del horario laboral que tenga cada uno.
Lo más normal es que sea la madre la que se implique más en la educación en su hijo/a , ya que es la madre la que tiene la oportunidad de pasar más tiempo con su hijo y esté más pendiente de él; esto tampoco quita que haya casos que del contrario sea el padre el que se implique más educación, pero siempre uno mas que otro, aunque siempre puede haber alguna excepción.
Yo destacaría del texto de Victoria Camps esa idea que tienen muchos padres de tratar de conseguir un hijo a imagen y semejanza suya o de esperar que estos sean la compensación de sus fallos y defectos, pues con pensar esto se equivocan. Los hijos no tienen porqué seguir los pasos de sus padres si no quieren, pues cada persona es libre de eligir su vida y su futuro, además, no tienen porqué vivir para ser lo que sus padres no fueron ni preocuparse de lo que ellos quieran, pues ELLOS NO HAN NACIDO CON EL FIN DE HACER FELIZ A SUS PADRES, SINO DE SER FELICES ELLOS, hagan lo que hagan.
La idea que yo destacaría de este texto es que la felicidad no es la búsqueda sino más bien un hallazgo.
En mi opinión la felicidad es algo mágico constante en cada segundo que nos ofrece la vida.
Sin embargo, nuestra terquedad nos hace despreciarla y no valorarla.
La vida se ha convertido en una carrera donde en ocasiones no miramos ni siquiera al que tenemos al lado. Es entonces cuando aparecen unos instantes de lucidez en los que nuestra cabeza pierde la noción del tiempo y sólo pensamos en aprovechar los momentos en los que estamos rodeados de la gente que queremos, curando así poco a poco nuestra alma.
Luego aparte de esas personas que buscan la felicidad, hay otras que creen que esta se encuentra en un rostro bonito.
Para esas personas les quisiera dedicar estas palabras:
La belleza es algo abstracto y cualitativo no se puede medir, para algunos lo que es bonito, para otros no lo es. Yo creo que para que una persona sea feliz no ha de ser ni guapa, ni menos guapa, simplemente debe de ser una misma y esa luz que desprenderá por su naturalidad le hará cautivar a quien le rodea.
En mi opinión lo evidente no se puede negar, en cada familia siempre existe alguno que se involucra más por diferentes razones, trabajo, horarios, etc y es verdad que casi siempre es la figura de la madre quién está colaborando en la educación de su hijo.
Sin embargo, este sentimiento de preocupación, de querer compartir cada ratito juntos, el ayudar, es palpable en ambos padres y eso es lo importante.
JESÚS
Este tema es un pilar de todas las sociedades y pienso que no se le concede la importancia tan grande que tiene porque si hay algo que repercuta en los ciudadanos del mañana es la educación y formación que reciben hoy. Nosotros los docentes sentimos en muchas ocasiones cierta frustración porque, además de nuestras limitaciones, padecemos las limitaciones para desarrollar nuestro trabajo que vienen de fuera: ratios elevadas, leyes de educación continuamente cambiantes, falta de un verdadero "pacto por la educación " etc
Saluditos
Merce
Queria decir que el camino para ser feliz es aceptar la realidad- en este caso la de los propios hios- como son: con sus defectos, sus miserias y sus debilidades”
Esta frase extraida del comentario de lo que es la felicidad significa o quiere expresar lo que es el ser feliz. Dice que el camino para ser feliz es la realidad. Yo por esto capto el significado de que para ser feliz tienes que aceptar la vida como se te presenta, la realidad. Viviendo el dia a dia y no amargarse o preocuparse por las cosas malas del dia a dia de nuestras vidas.
En este caso se refiere a la realidad de los hijos, nuestros hijos- como son: sus defectos, sus miserias y sus debilidades. La realidad de nuestros propios hijos es la que tenemos que aceptar como la realidad, como lo que tenemos y que no se puede cambiar, porque son asi, cada uno es como es y hay que aceptarnos los unos a los otros, aunque tengan más defectos que virtudes, porque al fin y al cabo son nuestros hijos y hay que aceptarlos como son, igual que ellos deben aceptar a los demas, y juntos vivir y ver el dia a dia pasar con nuestros defectos y virtudes.
Yo creo que en una familia se implican por igual los padres y la madres.
Aunque las madres suelan pasar más tiempo con sus hijos los padres se implican de igual manera.
En mi opinión, pienso que la gran mayoría de las madres son las que pasan mucho más tiempo con sus hijos e influyen mas sobre ellos, porque ellas son las que los traen al mundo, los cuidan y protegen desde muy pequeños. Los padres también los cuidan, pero en mi opinión una madre es diferente
la frase que destaco: " la felicidad no consiste en obtener lo que la mayoria de la gente cree: exito, poder, honores, belleza."
Comparto lo que se dice en esta frase porque la felicidad no consiste en las cosas materiales, sino en las cosasde cada dia, en pasar buenos momentos con las personas que quieres, y la felicidad tambien se consigue ayudando a los demas, haciendo cosas por ti mismo, sintiendote bien. hay una forma que se dice que es la mayor felicidad del mundo es estar enamorado, querer y también se consigue sabiendo que los demas son felices y no feliz por cosas materiales
" LA FELICIDAD NO CONSISTE EN TENERLO TODO NI EN CONSEGUIR TODO LO QUE UNO SE PROPONE "
En mi opinión la verdadera felicidad llega cuando hemos aprendido a valorar lo que tenemos y una vez hecho esto una gran parte de nuestra felicidad ya estará conseguida,porque hay que ser realistas a veces creemos que la felicidad nuestra es tener mucho dinero y coche caros, pero.. ¿Que pasaría si en esta vida no conseguimos todo aquello que nos proponemos? significa eso que seriamos infelices siempre,es por ello que pienso que la verdadera felicidad empieza cuando ya sepas valorar lo que tienes a partir de ahí todo lo bueno que te llegue lo podrás valorar aunque sea poco pero lo agradecerás...
Destaco la necesidad de la humildad de los hijos hacia los padres porque no es ser más feliz el que lo tiene todo y hay que valorar el esfuerzo que los padres hacen por sus hijos...porque lo único que ellos quieren es que ellos valoren lo que les trasmiten.
Es decir, que a veces los hijos nos tenemos que poner en el lugar de los padres porque lo único que ellos quieren es el bien para nosotros.
En Mi opinión, tenemos que saber adaptar las cosas a las edades de nuestros hijos y no debemos hacer que el dolor no aparezca porque en realidad es nuestro maytor maestro, también pienso que el fracaso de los hijos no es culpa de los padres sino del conocimiento y de las ideas de la persona, cada persona es libre de hacer lo que quiera siempre que esa persona sea consciente de las consecuencias, y nuestros padres deben aceptar lo que hay.
"La felicidad es más una búsqueda que un hallazgo"
Estoy de acuerdo con esta frase, porque creo que nunca se llega a tener eso que denominamos felicidad. Puede existir un periodo de nuestras vidas en los que nos sintamos bien con nosotros mismos , pero está claro que siempre habrá algo que nos falte, simplemente porque las personas somos inconformistas. No hay más que ver a un niño pequeño que recibe sus regalos por reyes; aunque sea el regalo que más ha querido tener , puede que a las dos o tres semanas ya este pidiendo algo nuevo porque ese ya no le satisface.
Muchos padres quieren la felicidad para sus hijos... que sean personas de provecho en un futuro, que sean independientes, que dependan de nadie en cuanto a dinero... por ello muchas veces...esos mismos padres cometen errores, quieren tratar de conseguir un hijo a imagen y semejanza suya, pero eso puede ser muy peligroso.
Sin embargo hay otros padres que estan decepcionados con su vida porque no llegaron a ser lo que tenían planeado para su futuro... y por ello intentan inculcárselo a sus hijos, eso es lo que les hace infelices.
No todo en nuestra vida será bueno para nosotros, no solo existirá la felicidad, sino que tendremos que ir en busca de ella. Muchas veces intentamos evitar el dolor el sufrimiento, pero realmente es gracias a ello lo que nos hace madurar. Debemos saber administrar los saberes pues somos algo mas que animales. La felicidad no se consigue cuando tienes dinero, éxito, poder... sino que consiste en ser una buena persona.
Esta mañana he leído este texto, que hablaba sobre la felicidad y me he dado cuenta que es relativa, según como se mire … En el texto aparecía un párrafo que me hizo pensar, este decía: Los dos grandes maestros del ser humano son el placer y el dolor. Vamos en pos del placer y evitamos el dolor y el sufrimiento. Lo único que el ser humano puede y debe hacer, y no hace el animal, es aprender a distinguir y jerarquizar placeres y dolores. A esta capacidad los griegos la llamaron “templanza” .
Dijo el utilitarista Bentham.
Siempre intentamos evitar el dolor, pero las personas que por alguna razón lo hemos pasado mal, da igual el porqué, nos hemos dado cuenta que tras pasar por el dolor, la rabia, el rencor… etc. hemos madurado, tras aceptar lo ocurrido, te das cuenta de ciertas cosas, que si no hubieras vivido ese mal, no las hubieras sentido. Pero entonces, si sabemos que tras ese mal tramo vuelve la felicidad, ¿porque dejamos de vivir cosas por el miedo al dolor, la traición o el perder algo?.
Quizás, sea una reacción que tenemos todos los seres humanos ante algún dolor, pero lo curioso, es que no probamos algo nuevo por miedo, pero sí, volvemos a caer en el error anterior que casi con toda seguridad sabemos que lo vamos a volver a pasar mal.
¿Un error de los padres o nuestra propia educación?
En relación con el texto pienso que tanto hijos como padres nos equivocamos constantemente, un padre puede educar a su hijo a su manera queriendo lo mejor para él, pero yo como hija pienso que obviamente la educación que me han dado mis padre ha sido estupenda y que es la base, son los principios, las maneras, las formas que necesito saber para vivir el día a día, pero que no lo es todo. Yo no me crío, ni vivo únicamente con mis padres, tengo amigos que me aportan sus cosas, sus maneras y en cierto modo también me educan, en el instituto es igual aunque no lo crea nos educamos adquiriendo inconscientemente los valores que nuestros profesores me transmiten, en la calle viendo lo que ocurre en mi entorno, me doy cuenta de las cosas que están bien o mal según mi forma de pensar, pero lo decido yo, yo soy la que escojo lo que me gusta y lo que no, nosotros nos formamos como persona escogiendo lo que nos gusta de cada ser que nos rodea.
No creo que los padres tengan la culpa de los errores que cometemos, dado que los cometemos nosotros y no ellos.
Tratar de conseguir un hijo a imagen y semejanza nuestra es iluso y peligroso
Creo que esta frase tiene mucha razón, pero de todos modos al intentar conseguirlo los hijos se ven frustrados e incluso reaccionar mal y no es justo querer que se vean así, que no puedan mostrar su verdadero caracter asi como su personalidad, ademas de no hacer lo que ellos desean.
Estoy de acuerdo la frase "La felicidad no consiste en tenerlo todo ni en conseguir todo lo que uno se propone" Es bueno querer ser una persona ambiciosa porque eso te ayuda a tener ilusion para obtener algo pero siempre hay que serlo hasta un punto determinado, porque muchas veces pensamos que somos felices cuando nos compramos o nos regalan algo que nos gusta y eso lo unico que hace es compensarnos en un momento determinado ya que las cosas materiales no tiene una duracion eterna y casi ninguna nos aportan nada que sea realmente necesario para tener felicidad. Es bueno querer ser una persona ambiciosa porque eso te ayuda a tener ilusion para obtener algo pero siempre hay que serlo hasta un punto determinado.
"La felicidad se logra si estamos en compañia" creo que siempre que contemos con las personas que queremos a nuestro lado aunque no sea la propia familia(porque en mi opinion pienso que cada uno debe construir su propia familia en el caso que no la tenga) vamos a ser felices porque una persona persona que viva en soledad no va a poder enriquecerse de lo que le pueda aportar la gente que esta a su alrededor.
En la mayoria de las parejas la que mas se preocupa por la educacion de sus hijos siempre es la madre.Ya que se preocupa de como pueda llevar las clases,las notas o como le ha ido el día en el colegio,muchos padres trabajan y piensan mas en sus cosas y otros directamente ni se acuerdan.
El texto nos habla sobre el significado de la felicidad sobre sus “pros y contras”. Nuestros padres cuando nos reprimían o nos prohibían una serie de cosas, se esconden tras la cita: “sólo queremos su felicidad”. Esta frase conlleva un gran dilema. Es muy peligroso intentar crear a tu hijo tal cual cómo te lo imaginabas, intentar conseguir su estado de perfección. Uno de los caminos para llegar a ser feliz es aceptar la realidad así cómo te viene por naturaleza. La felicidad no es sólo un estado de satisfacción de deseos que tienes que cubrir, es algo más que eso, es el simple hecho de buscarla no de tenerla. En el momento que busquemos la felicidad y echemos coraje a la búsqueda empezaremos a sentirnos en ese estado de simpatía que abarca todos tus sentidos, ese sentimiento al que llamamos FELICIDAD.
Victoria Camps nos dice que nos diferenciamos de los perros a parte de por la inteligencia por una serie de valores, y entre ellos la felicidad, la búsqueda de ésta. Un animal hace lo que quiere cuando quiere, en cambio nosotros los humanos, actuamos para guiar el camino hacia ese estado feliz. Ya se dijo en tiempos atrás: la felicidad no consiste en obtener lo que la mayoría de la gente cree(dinero, bienes...), eso NO da la felicidad, aunque ayuda, pero la plena felicidad te la da el ser una buena persona y ser recompensada por ello con hechos reales no con obejtos materiales.
Huimos del mal y el dolor, porque en ese camino de búsqueda rechazamos los valores que nos dañan y ahí fuera quedan estos dos valores que nos parecen negativos, y que por supuesto, lo son.
Y, ¿cómo explicar que lo importante no es ganar sino participar?, este dilema se divide en tres factores de los cuales destacamos el de la compañía. Este se basa en encontrar la felicidad mediante la compañía de los otros, y así llegar a ese punto de plenitud.
En conclusión podemos afirmar que la satisfacción de cualquier capricho, el recurso a los regalos como solución del aburrimiento, el consumo sin limites, favorecen la confusión de la felicidad con la satisfacción inmediata, es decir que la felicidad se encuentra en las pequeñas cosas, no en lo valioso sino en los costoso respecto al esfuerzo.
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